Resumen:
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La democracia es válida cuando política, social, económica y culturalmente da respuesta a las grandes demandas y soluciona los problemas endémicos: la pobreza, la oligarquización efectiva del poder, la concentración económica, la represión, la salud, la vivienda o la educación. Sin este reconocimiento de ser la democracia parte de la lucha por el poder político, no sólo lucha representativa, sino articulada con objetivos sociales, económicos, culturales y políticos en su amplia acepción, no haremos nunca la crítica de la democracia realmente existente. Pudiendo estar tranquilos al pensar que, mientras las reglas del juego sean válidas para todos, no importa que una mayoría viva en condiciones de marginalidad y pobreza y donde la posibilidad real de morir de hambre sea efectivamente considerada como un hecho auténticamente democrático.
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